Rafael Miranda, de 42 años, no midió el grave riesgo que corría su vida al trepar hasta los cables de alta tensión del tendido eléctrico para presuntamente sustraerlos. Murió electrocutado.
Rafael Miranda, de 42 años, no midió el grave riesgo que corría su vida al trepar hasta los cables de alta tensión del tendido eléctrico para presuntamente sustraerlos. Murió electrocutado.