Los cientos de flamencos que visitan la Laguna de las Peonías, en el estado Zulia (oeste de Venezuela), corren el riesgo de ser cazados y comidos por un grupo de lugareños que asegura ingerir la carne de estos animales, al igual que de cuervos, por una tradición que los ambientalistas consideran ilegal y peligrosa para la salud, informó la agencia de noticias EFE.