El frances Tiafoe se subió la manga derecha de su camiseta blanca, flexionó el bíceps y golpeó el músculo cinco veces. Después se golpeó el pecho y gritó: “¡Sí! ¡Vamos” ¡Vamos! ¡Vamos!”. Perdonen los alardes del joven tenista tras la que fue, al fin y al cabo, la mayor victoria de su incipiente carrera. Con […]